¡Podemos! (cambiar el modelo)

El reciente triunfo de la selección española, La Roja,  ha inundado de ilusión, y sobre todo de color, las calles de muchos pueblos y ciudades de España. Este triunfo deportivo ha traído, además de la consabida alegría, dos aspectos muy positivos. Primero, nos ha dado un cierto aire de optimismo a la sociedad española en su conjunto, que buena falta hacía tras varios trimestres de malas noticias económicas, y segundo, ha permitido que muchos españoles puedan exhibir la enseña nacional sin ese cierto sentimiento de pudor que nos embargaba a muchos, tras tantos años de secuestro de nuestros símbolos nacionales por parte de la derecha rancia y reaccionaria que gobernó el país durante 40 años, como muy bien ha apuntado recientemente el historiador Álvarez Junco en el diario Público.

Surgen dos amenazas de ambas consecuencias, a priori positivas,  que debemos saber conjurar:

La primera es que el triunfo de la selección tenga un efecto anestesiante sobre la sociedad que haga olvidar los numerosos desafíos a los que nos enfrentamos como país. No debemos olvidar que España se enfrenta, entre otras cosas, a una de las tasas de riesgo pobreza más elevadas de la Unión Europea (con uno de los menores porcentajes de reducción de pobreza mediante transferencias según datos de 2009 del Observatorio Social de España), a la obsolescencia de un modelo económico basado en el ladrillo, a una tasa de fracaso escolar injustificable o a un avance bastante alarmante de la desertificación (casi un tercio del territorio nacional se encuentra en riesgo de desertificación según el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España).

Datos referenciados:

El segundo riesgo al que nos enfrentamos es que se termine imponiendo una visión simplista y reduccionista del concepto de patriotismo, asociado únicamente a grandes eventos deportivos, frente a un conce

pto de nación más profundo y ético, centrado fundamentalmente en el bienestar y el desarrollo de las personas a través de la participación política y del cumplimiento cívico de nuestros deberes como ciudadanos. Este último modelo, que es el que ha caracterizado siempre al Partido Socialista, es el que debe ser tenido en cuenta por el gobierno a la hora de canalizar el júbilo general por los logros de de nuestros  deportistas de élite, sobre todo si quiere marcar distancia frente a las declaraciones de los voceros de aquella derecha que mencionamos anteriormente, y que no soportan la idea de que la izquierda plural recupere aquello que hasta ahora consideraban como patrimonio exclusivo.

Ejemplo de plataforma de participación política ciudadana: Creaprogreso.es


Si el gobierno, consigue superar estos dos riesgos, estará dando un paso de gigante en el camino de hacer de España un lugar mejor para vivir, que es en última instancia lo que debería mover a todos los que nos dedicamos a la política en este país.

Re: Chat con Ángel Martínez

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Jorge Alonso Rodríguez

to me

show details 12:50 PM (3 hours ago)
TE PASO EL ARTICULO. nO SE QUE TITULO PONERLE, LA VERDAD. pARA ENLACES, YO CREO QUE ESTARÍA BIEN PONER LA PAGINA DEL OBSERVATORIO DE SOSTENIBILIDAD ESPAÑOLA Y EL OBSERVATORIO SOCIAL DE ESPAÑ. EN CUANTO A FOTOS, LA VIÑETA DEL ROTO DE HOY ES MUY BUENA
El reciente triunfo de la selección española ha inundado de ilusión, y sobre todo de color, las calles de muchos pueblos y ciudades de España. Este triunfo deportivo ha traído, además de la consabida alegría, dos aspectos muy positivos. Primero, nos ha dado un cierto aire de optimismo a la sociedad española en su conjunto, que buena falta hacía tras varios trimestres de malas noticias económicas, y segundo, ha permitido que muchos españoles puedan exhibir la enseña nacional sin ese cierto sentimiento de pudor que nos embargaba a muchos, tras tantos años de secuestro de nuestros símbolos nacionales por parte de la derecha rancia y reaccionaria que gobernó el país durante 40 años, como muy bien ha apuntado recientemente el historiador Álvarez Junco en el diario Público.

Sin embargo de ambas consecuencias, a priori positivas, surgen dos amenazas que debemos saber conjurar. La primera es que el triunfo de la selección tenga un efecto anestesiante sobre la sociedad que haga olvidar los numerosos desafíos a los que nos enfrentamos como país. No debemos olvidar que España se enfrenta, entre otras cosas, a una de las tasas de riesgo pobreza más elevadas de la Unión Europea (con uno de los menores porcentajes de reducción de pobreza mediante transferencias según datos de 2009 del Observatorio Social de España), a la obsolescencia de un modelo económico basado en el ladrillo, a una tasa de fracaso escolar injustificable o a un avance bastante alarmante de la desertificación (casi un tercio del territorio nacional se encuentra en riesgo de desertificación según el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España).

El segundo riesgo al que nos enfrentamos es que se termine imponiendo una visión simplista y reduccionista del concepto de patriotismo, asociado únicamente a grandes eventos deportivos, frente a un concepto de nación más profundo y ético, centrado fundamentalmente en el bienestar y el desarrollo de las personas a través de la participación política y del cumplimiento cívico de nuestros deberes como ciudadanos. Este último modelo, que es el que ha caracterizado siempre al Partido Socialista, es el que debe ser tenido en cuenta por el gobierno a la hora de canalizar el júbilo general por los logros de de nuestros  deportistas de élite, sobre todo si quiere marcar distancia frente a las declaraciones de los voceros de aquella derecha que mencionamos anteriormente, y que no soportan la idea de que la izquierda plural recupere aquello que hasta ahora consideraban como patrimonio exclusivo.

Si el gobierno, consigue superar estos dos riesgos, estará dando un paso de gigante en el camino de hacer de España un lugar mejor para vivir, que es en última instancia lo que debería mover a todos los que nos dedicamos a la política en este país.

2010/7/12 Ángel Martínez <angelmartinezx2@gmail.com>

Estos mensajes se enviaron cuando estabas desconectado.
12:30 Ángel: ok
sin prisas
que tampoco hace falta publicar tanto
y nosotros nos hartamos a escribir
12:31 y luego ves articulos escritos que madre mia.
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Ángel Martínez

to Jorge

show details 1:03 PM (3 hours ago)
Yo soy muy radical,  PAN y CIRCO suena demasiado fuerte, BREAD & CIRCUS te parece mejor?

2010/7/12 Jorge Alonso Rodríguez <j.alonso1984@gmail.com>

– Show quoted text –
TE PASO EL ARTICULO. nO SE QUE TITULO PONERLE, LA VERDAD. pARA ENLACES, YO CREO QUE ESTARÍA BIEN PONER LA PAGINA DEL OBSERVATORIO DE SOSTENIBILIDAD ESPAÑOLA Y EL OBSERVATORIO SOCIAL DE ESPAÑ. EN CUANTO A FOTOS, LA VIÑETA DEL ROTO DE HOY ES MUY BUENA
El reciente triunfo de la selección española ha inundado de ilusión, y sobre todo de color, las calles de muchos pueblos y ciudades de España. Este triunfo deportivo ha traído, además de la consabida alegría, dos aspectos muy positivos. Primero, nos ha dado un cierto aire de optimismo a la sociedad española en su conjunto, que buena falta hacía tras varios trimestres de malas noticias económicas, y segundo, ha permitido que muchos españoles puedan exhibir la enseña nacional sin ese cierto sentimiento de pudor que nos embargaba a muchos, tras tantos años de secuestro de nuestros símbolos nacionales por parte de la derecha rancia y reaccionaria que gobernó el país durante 40 años, como muy bien ha apuntado recientemente el historiador Álvarez Junco en el diario Público.

Sin embargo de ambas consecuencias, a priori positivas, surgen dos amenazas que debemos saber conjurar. La primera es que el triunfo de la selección tenga un efecto anestesiante sobre la sociedad que haga olvidar los numerosos desafíos a los que nos enfrentamos como país. No debemos olvidar que España se enfrenta, entre otras cosas, a una de las tasas de riesgo pobreza más elevadas de la Unión Europea (con uno de los menores porcentajes de reducción de pobreza mediante transferencias según datos de 2009 del Observatorio Social de España), a la obsolescencia de un modelo económico basado en el ladrillo, a una tasa de fracaso escolar injustificable o a un avance bastante alarmante de la desertificación (casi un tercio del territorio nacional se encuentra en riesgo de desertificación según el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España).

El segundo riesgo al que nos enfrentamos es que se termine imponiendo una visión simplista y reduccionista del concepto de patriotismo, asociado únicamente a grandes eventos deportivos, frente a un concepto de nación más profundo y ético, centrado fundamentalmente en el bienestar y el desarrollo de las personas a través de la participación política y del cumplimiento cívico de nuestros deberes como ciudadanos. Este último modelo, que es el que ha caracterizado siempre al Partido Socialista, es el que debe ser tenido en cuenta por el gobierno a la hora de canalizar el júbilo general por los logros de de nuestros  deportistas de élite, sobre todo si quiere marcar distancia frente a las declaraciones de los voceros de aquella derecha que mencionamos anteriormente, y que no soportan la idea de que la izquierda plural recupere aquello que hasta ahora consideraban como patrimonio exclusivo.

Si el gobierno, consigue superar estos dos riesgos, estará dando un paso de gigante en el camino de hacer de España un lugar mejor para vivir, que es en última instancia lo que debería mover a todos los que nos dedicamos a la política en este país.

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