NO A LOS RECORTES, PERO CON RESPONSABILIDAD

En las últimas semanas se ha generado una verdadera conmoción a propósito de las Instrucciones de inicio de curso que han llegado a los Centros Educativos de la Comunidad de Madrid, provocando diversas manifestaciones, huelgas y verdaderos quebraderos de cabeza especialmente en institutos de secundaria y enseñanzas especiales para cuadrar horarios y otros aspectos organizativos, lo que ha repercutido en que algunos de ellos ni siquiera hayan podido comenzar el presenta curso escolar con normalidad.

A propósito de este torbellino de protestas se han alzado muchas voces que “intentan” explicar (muchas veces sin demasiado acierto) qué está sucediendo en la educación pública de Madrid, no durante este curso escolar, sino desde hace años.

Estos intentos han derivado, para nuestra desgracia, en numerosos comentarios negativos de gran parte de la población, que ante la grave crisis que estamos sufriendo no entienden como un colectivo “mimado”, como se considera el del cuerpo docente, se “permite el lujo” de teñir las calles de verde y gritar, en su opinión, por una mejora (o no empeoramiento) de sus condiciones laborales.

Dada esta situación de falta de comprensión y diálogo entre los “es pública” y el resto de la población, como docente que ha trabajado en la secundaria y primaria públicas, he decidido intentar explicar aquí cuál es la realidad que se está viviendo en los Centros Educativos de la Comunidad de Madrid desde hace años y cuáles son las condiciones que de verdad necesitan los alumnos que asisten a la escuela “de todos” para poder aprender y desarrollarse a todos los niveles.

Con este artículo no tengo ninguna pretensión de crear otro panfleto propagandístico (como los muchos que están circulando por internet) que hable de lo que los profesores y maestros exigimos a la consejera de educación Lucía Figar, a Esperanza Aguirre o incluso al ministro de educación Ángel Gabilondo, sólo pretendo reflexionar sobre lo que la sociedad ha entendido y lo que de verdad debería reivindicar la escuela pública para sus alumnos.

–          Las protestas han surgido este curso escolar a raíz de las Instrucciones de curso 2011/2012.

La educación pública lleva años manifestándose por el deterioro progresivo que afecta a todas sus etapas escolares, no se trata de un malestar momentáneo derivado de una Instrucción concreta, aunque quizá en estas últimas semanas, provocado por la influencia del movimiento social 15M, en los medios se haya hablado de nuestro colectivo con más fuerza.

–          Los profesores de secundaria se manifiestan porque tienen que trabajar 20 horas a la semana en lugar de 18.

Hace unas semanas escribí un artículo en este mismo blog acerca de la jornada escolar en la escuela pública. El incremento de las horas lectivas (no de trabajo, ya que la preparación de las clases no se encuentra contabilizado en éstas) es una necesidad cada vez mayor en nuestra sociedad, derivado de numerosos aspectos como la incorporación de la mujer al trabajo o el aumento de la jornada laboral de los padres. El verdadero problema es que este incremento de las horas no ha tenido por objetivo una mejora de la situación de los alumnos, sino una menor contratación de profesorado, un aumento de la ratio, o la desaparición de figuras tan importantes como las aulas de compensatoria, o de las aulas de enlace.

–          Se han despedido a 3000 profesores de la escuela pública.

Aunque esta frase ha sido repetida en los medios estas últimas semanas, es completamente errónea. La realidad es que la Comunidad de Madrid cuenta con 750 profesores funcionarios de secundaria sin destino, es decir en su casa cobrando su sueldo, esto está provocado principalmente por una mala organización y distribución de los docentes en nuestra Comunidad. Además, es cierto que este curso escolar se ha dejado de contratar (no despedido) alrededor de 2500 interinos, dado el aumento de ratio, la desaparición de diversos módulos de Formación Profesional, así como de la Compensatoria o el incremento de las horas de trabajo del profesorado, lo que ha producido un evidente deterioro de la atención a los alumnos.

–          Los maestros de primaria no tienen derecho a quejarse porque a ellos no les han afectado los recortes.

Es cierto que las Instrucciones de inicio de curso sólo han afectado a Educación Secundaria y enseñanzas especiales, pero como he dicho las dificultades la escuela pública se han sucedido durante años. Los profesores de primaria llevan mucho tiempo viendo como la ratio aumenta llegando a 25 niños de tres años en cada tutoría, o como los profesores especialistas en pedagogía terapéutica llegan a atender hasta 17 alumnos con necesidades educativas especiales o en audición y lenguaje tienen que trabajar con más de 20 alumnos con problemas de lenguaje.

–          El silencio de la situación de las Escuelas Infantiles y las casas de niños.

Apenas se ha hablado de la terrible situación que están sufriendo también las escuelas infantiles y las casas de niños. A raíz de los decretos publicados en 2008 se comenzó un proceso de deterioro constante de estos Centros educativos con aumentos de ratio, prioridad de criterios económicos a la hora de adjudicar las escuelas, bajada de un 20% de los módulos económicos en las casa de niños y de un 7% a las escuelas infantiles, etc.

Como podéis ver la gravedad de la situación de la educación pública en la Comunidad de Madrid afecta a todos los niveles educativos y cuenta con soluciones que deben atender en primer lugar, pero no únicamente, a la reivindicación de mejoras por parte de la sociedad hacia “los políticos” que gobiernan de nuestra Comunidad a través de manifestaciones o huelgas.

Además es necesaria una reflexión globalizada sobre cómo mejorar la escuela desde dentro, sobre cómo lograr un verdadero desarrollo de nuestro alumnado a todos los niveles, y si para ello requerimos de una mayor permanencia de horas en los Centros educativos, de una formación permanente más exhaustiva y de calidad para todo el profesorado con carácter obligatorio, o de una disminución de los periodos vacacionales que nos igualen al resto de los funcionarios y que faciliten que la escuela esté abierta todo el año, que así sea.

Pero que así sea porque somos educadores de la pública, no a costa de reducir personal, de dejar de atender a los que más lo necesitan y en definitiva de ir eliminando poco a poco la escuela de todos.

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